LIBROS MÁGICOS
DÉCIMAS
Enmudecidos. Cerrados.
Solitarios. Senescentes.
Con pensamientos dicentes.
Muestran rostros demacrados.
Pues están avejentados.
Pero con alma de niños.
Necesitan de cariños
para seguir existiendo
y sus virtudes pariendo
como vinos albariños.
Vencidos por sus historias,
abren alas al misterio.
Establecen su criterio
con secuencias narratorias.
Algunas, muy meritorias.
Otras, caen al vacío
como gotas de rocío.
Pasan de largo. No mojan.
Se suicidan. Se deshojan
en algún lugar umbrío.
Acercan las lontananzas.
Sus mensajes me convocan.
A mi mente, la provocan.
Equilibran sus balanzas.
Diferencias. Semejanzas.
Realidades. Ficciones.
Alegrías. Decepciones.
Personajes juegan roles.
Van encendiendo faroles.
Causan comunicaciones.
Amores y desamores,
al alma la desperezan.
En sus páginas le rezan
al mundo de los valores.
Justicieros. Soñadores.
Pintan cuentos y poemas.
Buenas novelas, son gemas.
Imaginación liberan.
Nuestros pulsos aceleran.
Nos proveen de dilemas.
En los textos descriptivos,
cualidades aparecen.
Sus importancias merecen,
como los expositivos.
Los hay argumentativos,
que demuestran un concepto.
Los científicos, acepto.
Instructivos. Literarios.
Persuaden, publicitarios.
De cualquier clase, recepto.
Cada libro tiene fibras
del corazón que redacta.
Cada tema se compacta.
Y tus ideas calibras.
Del aprender, no te libras.
Sensaciones, incorporas.
Puedes pasarte las horas
leyendo, sin darte cuenta.
El silencio te frecuenta.
Esa libertad, adoras.
Autora: María Rosa Ferrarotti
22/04/2021
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Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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