SIN ESPINAS
DÉCIMAS
Acércate, vida mía,
a mi rosal encarnado.
Sus espinas he sacado.
Ansío tu compañía.
Tu luz, tu paz, tu alegría.
La soledad es amarga.
La noche es pálida, larga.
El alma no se equivoca
y viejos tiempos evoca.
De revivirlos, se encarga.
Más allá de la distancia,
el amor crece muy fuerte.
Establece concederte
del placer, total ganancia;
procurándote una estancia
calurosa, apasionada.
Mil besos, como bandada,
sobrevolando el encuentro.
Mi ilusión, como epicentro
de tu rápida llegada.
Te extraño en cuarto creciente,
y también, en luna llena.
Te espero sobre la arena
bajo este cielo imponente.
Estrellado. Refulgente.
Para amarnos con locura.
Como el mar con su bravura,
cuando sube la marea
y en nuestros sueños bucea
con su blanca mordedura.
En las perlas de mi abrazo
y en los frutos del deseo
que por tu amor yo poseo,
no sentirás un rechazo.
Estrecharemos el lazo
que nos une de por vida.
Jugaremos la partida
más hermosa e importante.
Tendrá como resultante
despertar la fe dormida.
Autora: María Rosa Ferrarotti
01/12/2023
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Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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