POESÍAS Y CANCIONES DE AMOR EN TODOS Y CON TODOS LOS SENTIDOS. DÉCIMAS. HAIKUS. SONETOS CLÁSICOS. ROMANCES. POESÍA LIBRE. CUENTOS. REFLEXIONES. LETRAS DE CANCIONES. SEXTILLA HERNANDIANA.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

POESÍA

 PEDREGAL


Ensangrentada de ceibos, mi vida es un río amargo;

con su cauce sobre un suelo pedregoso y desvelado.

Me resbalo en los silencios de los soles del ocaso;

sobre una tumba de estrellas, suelen mudarse mis años.

La tarde, nunca se apiada de los trinos de mi llanto;

la noche, con su estocada, me empuja por sus barrancos.

En la herida que no cierra, tengo un secreto guardado;

tengo la sangre caliente y el corazón congelado.

Rompe la aurora su escarcha, con excusas en los labios;

en un lamento de lunas, me quedo en frágil letargo.

La angustia sufre tropiezos, va rodando sobre el fango

de una esperanza perdida, en la cruz de mi calvario.

Sobre un turbante de esperas, se cae el cielo a pedazos;

recojo el temblor del tiempo, y lo estrujo entre mis brazos.

Releo páginas viejas del manual del qué y del cuánto;

quedo enganchada en las redes de los ojos del pecado.

Sumo penas, resto dicha, multiplico mis fracasos;

el dolor, con sus crayones, dibuja un mar de quebrantos.

Junto otoños de horas secas y en mi mente los deshago;

¡debo arrancar de mi vida: los abriles y los mayos!

En los caminos que ando, vivo perdiendo los pasos;

de la huella del destino, no logro encontrar el rastro.

Soy un alma fugitiva que del cuerpo se ha escapado.

En singular, soy un eco; un estribillo olvidado.

En la brisa de septiembre, busco una flor de oro blanco;

lucho con luces y sombras, mi amor está condenado.

La verdad de este presente, es feroz y me hace daño;

la soledad me tortura, también me tiende sus manos.

Todo encaja en esta historia de traición y desengaño;

nada bueno queda suelto, puedo atar todos los cabos.

El amor no tiene precio, la moral no ha cotizado;

la vara cruel del desprecio, está en alza en los mercados.



Autora: María Rosa Ferrarotti

15/06/2011

DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR

De Antología Poética y Cancionero

"Mucho gusto, ¿quién soy yo?"

Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.



POESÍA

 INDIFERENCIA


Tengo un nudo en la garganta, que no puedo desatar.

Estás frío como el hielo. Tenemos que conversar.

No te atreves a decirme lo que pasa en realidad.

El silencio es engañoso, intenta con la verdad.

Si tú te sientes cansado de la situación actual,

yo también estoy cansada, de ser tu amante virtual.

Pero quiero que me expliques, ¡no te quedes sin hablar!

Tú no me hablas, yo me enojo; esto debe terminar.

Dejemos las cosas claras, para bien o para mal;

necesito que me digas si me has dejado de amar.

Por favor, ten valentía, y ya no me mientas más.


Amar, ¿es no darme un beso cuando llegas o te vas?

¿No darle importancia al otro? ¿Todo lo que hace está mal?

¿Llegar tarde del trabajo, y enseguida irte a acostar?

¿Tienes miedo a mi respuesta?, ¿cómo voy a reaccionar?

Tu orgullo, no vale nada; menos, fingirme lealtad.

Si es así, eres cobarde, conmigo y con los demás.

No tengo miedo a estar sola, mi amiga es la soledad.

Son años de estar envuelta en tu cruda oscuridad.


Si no estás capacitado para entender que hay detrás

de toda la indiferencia que demuestras sin parar,

y decirme sin tapujos que ya no me quieres más;

¡es preciso que te trates con algún profesional!



Autora: María Rosa Ferrarotti

03/12/2005

DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR

De Antología Poética y Cancionero

"Mucho gusto, ¿quién soy yo?"

Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.




POESÍA

LUCIÉRNAGAS  NOCTURNAS

Llega la noche con su presencia morena,
echando al cántaro del cielo un mar de estrellas;
pone un clavel entre los labios de mi amante,
apura el paso en el umbral que hay en mi puerta.
Cuelga en balcones, con su espíritu travieso,
ramo de amores vehementes y furtivos;
y, al deslizarse en los tapices de las sombras,
quiebra cristales de desvelos, el rocío.
Nocturno vuelo de pasiones reprimidas,
que van labrando un espectáculo divino;
los movimientos se articulan y armonizan,
luego, el cansancio; y se adormecen los sentidos.
Si no existiera el perecer del día en rosas,
no surgirían los suspiros y promesas;
¿cómo explicar que en tu más íntimo universo,
me vuelvo frágil si me abrazas y me besas?
Sin hablar, somos dos perfiles que hacen uno,
entre luciérnagas bordadas por la luna;
en si mayor, somos autores de un nocturno,
complicidad y rebelión; dulce locura.
En el telón color amor de nuestras pieles,
caen los párpados cerrados de la aurora;
soy el ceibal, que su pudor pierde al abrirse;
mientras se escurre el terciopelo de las horas.
Mis sentimientos permanecen estancados
en los esteros de tu corazón salvaje,
son como juncos estaqueados a tus ansias;
son afluentes de los ríos de tu sangre.
¡Qué no amanezca! Sin descanso quiero amarte.
Ser la ensenada donde encalles tu alma errante.
Campo de flores donde puedas recostarte.
Ser tu princesa, y tú, mi caballero andante.


Autora: María Rosa Ferrarotti
02/02/2005
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR
De Antología Poética y Cancionero
"Mucho gusto, ¿quién soy yo?"
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.


POESÍA

 SEPTIEMBRE  EN  FLOR


Un aletear de palomas

ha anidado en mis entrañas.

Un fuego de vida nueva

se hizo aurora y sol en mi alma.


Como una ramita tierna

que brota muy de mañana,

dará una flor en septiembre

la espera tan prolongada.


Tú vendrás en primavera

-tiempo de suaves fragancias-

mensajero de ilusiones,

trayendo amor a esta casa.


Florcita de duraznero,

dulce espiga de bonanza;

desde un balcón del lucero

bendecirá Dios tu llegada.


Dedicado a mi segundo hijo.


Autora: María Rosa Ferrarotti

24/08/1981

DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR

De Antología Poética y Cancionero

"Mucho gusto, ¿quién soy yo?"

Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.



POESÍA

 VASIJA  DE  BARRO


En una vasija de barro cocido,

guardó su recuerdo, de rabia mordido.

Monedas de ausencia, pagaron su olvido;

se quedó sin nada, tampoco consigo.

El alma, se opuso a buscar respiro;

se ahogó lentamente, en llanto y suspiros.

Puso pie en el fondo fangoso del río,

se hundió sin remedio, con su pecho herido.


La culpa, fue madre de su desvarío.

Arañó las luces de soles rendidos.

Nadó hacia las costas de los muertos vivos.

Miró de reojo su oscuro destino.

Pensó en su infortunio, en su amor perdido.


Una telaraña de frondosos hilos,

tejieron sus rezos, hacia lo Divino.

Y sin darse cuenta de lo sucedido,

se vio fuera, a salvo; del profundo abismo.

Dio gracias al Cielo, por lo recibido.

Con fe y esperanza, halló su camino.

Unió los pedazos de vidrios partidos.

No volvió a ser parte del lecho del río.



Autora: María Rosa Ferrarotti

26/11/2005

DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR

De Antología Poética y Cancionero

"Mucho gusto, ¿quién soy yo?"

Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.