NUESTRA TIERRA
DÉCIMAS
Nos grita con erupciones.
Nos besa con flora y ríos.
Llena cántaros vacíos
cuando sangran nubarrones.
La tierra forma terrones
cuando aprieta la sequía.
Necesita la armonía
de todos sus componentes.
Abono, riego, simientes.
El Sol, fuente de energía.
Cuando el clima es favorable,
crecen flores y frutales.
Viven más los animales.
La producción es notable.
El agua dulce, potable;
es principio de la vida.
Es bueno verla servida
en cada mesa del mundo.
Bajo el suelo, en lo profundo,
está el punto de partida.
Si el poder nunca repara
en el daño que produce,
a exterminarnos induce.
La realidad enmascara.
Una guerra nos declara
quien depreda y contamina
y con violencia domina
el destino que nos une.
Nuestra Tierra no es inmune
al que su mal origina.
Si todos reflexionamos
y queremos cielos claros,
denunciemos los descaros
con estridentes reclamos.
El hogar en que habitamos
está siendo devastado.
Sus riquezas han castrado
unas mentes delirantes.
Inmorales. Preocupantes.
La paz han arrebatado.
Que sirva de aprendizaje
lo que vivimos a diario
y no marque el calendario
el final de nuestro viaje.
Actuemos con el coraje
de decir lo que queremos.
Ser felices merecemos
y no esclavos de unos pocos
que actúan como los locos.
Educación cultivemos.
Que el porvenir nos encuentre
colocando las semillas
de olvidadas pesadillas.
Que la hermandad nos reencuentre.
Que al abrir la puerta entre
el aroma a hierba fresca.
Que podamos ir de pesca.
Que la aurora nos bendiga
mientras la brisa prodiga
su frescura gigantesca.
Valoremos nuestra Tierra,
nuestro aire, nuestro suelo.
Que se cumpla nuestro anhelo
de que termine la guerra.
Que en el llano y en la sierra,
renazca la primavera
abrazando la madera
de los árboles frondosos.
Sembrados sean cuantiosos,
porque el hambre nunca espera.
Autora: María Rosa Ferrarotti
22/04/2025
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Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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