DE LA NADA ...
DÉCIMAS
De la nada, nada sale.
No esperes todo servido.
No seas un sometido.
Que nadie sueños te tale
pues tu vida mucho vale.
Pon esfuerzo, tu optimismo,
superándote a ti mismo
para salir adelante.
No consientas que te espante
el malsano pesimismo.
No dejes que otro decida
tu futuro. Sé valiente.
Que un objetivo te aliente
y tu destino presida.
El que aprende nunca olvida.
Los obstáculos supera
y levanta la barrera
de lo que cree imposible.
El saber es invisible
pero quita la ceguera.
Si trabajas con esmero,
con voluntad, sin descanso;
encontrarás un remanso
en el día venidero.
Tu pensamiento certero
será fuente de enseñanza.
Equilibrio en la balanza
de un ser prudente, valioso.
Sin vanidad. Talentoso.
Que lo que quiere, lo alcanza.
No te quedes arrumbado
en el sillón de la inercia.
Con tu ventura comercia
sintiéndote motivado.
De la ignorancia, alejado.
Siendo útil para el mundo.
Con un porvenir fecundo.
Ejemplo imperecedero.
De virtudes, un obrero.
Sin dudar ningún segundo.
Educación y trabajo,
junto al perfeccionamiento;
constituyen el cimiento
que se encuentra por debajo
de aquel que no se distrajo
escuchando la promesa
que las cabezas apresa
con un propósito indigno.
Él descarta lo maligno.
No se convierte en su presa.
La sapiencia no permite
que te engañen con descaro.
Pues te transformas en faro
que su luz interna emite
y a su prójimo transmite,
destruyendo la estructura
de la rígida postura
que las mentes manipula
y entendimientos regula.
Tú le provees la cura.
Mira bien lo que sucede.
La libertad de la idea
por sí sola no se crea.
El éxito se concede
a quién al estudio accede.
Tu vuelo no se detiene.
Con la verdad se sostiene
si coraje no te falta.
Nadie toca al que alto salta.
Sabe que no le conviene.
Autora: María Rosa Ferrarotti
01/06/2023
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Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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