LA CUMBRE
DÉCIMAS
sus hortensias nos derrama
con su amanecida trama.
El tiempo, allí, pasa lento.
Se acrecienta el sentimiento
forjado con la luz diurna.
Se anida en la paz nocturna
junto al brillo placentero
del lucero pregonero,
que escapa de su alba urna.
Como pluma que levita
sin intervención divina,
se disipa la neblina
del temor que nos limita
a borrar cuita por cuita.
Alcanzamos nuestra cumbre
alejada de quejumbre.
Cultivamos la ladera
que dulces uvas genera
brindándonos certidumbre.
El amor fluye anhelante
y se enreda a corto plazo
en el lazo de un abrazo
prolongado, alucinante.
De pasión, estimulante.
Con perfume de azucena.
Dibujándose una escena
que nos eleva a la gloria.
Ideal convocatoria,
atrayente cual sirena.
Este amor idolatrado
no se calla ni se esconde.
A nuestros fuegos responde.
Y su suelo está abonado
con elixir preparado
por sudor, como rocío;
como lluvia en sembradío.
Bailan besos en la boca,
que contra la tuya choca
como afluente de un río.
Habitamos en la suerte
del norte de la esperanza.
Nuestra relación avanza
con su torrente muy fuerte.
Solo quiero proponerte
protegernos mutuamente.
Beber agua de la fuente
que alegremente salpica
y nuestro amor santifica
de manera trascendente.
Autora: María Rosa Ferrarotti
15/03/2024
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Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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