EL MÉRITO
DÉCIMAS
Estudiaba en una escuela
donde el mérito valía.
El saber siempre cabía.
Era luminosa estela,
causando grave secuela
al abortar la ignoracia.
Adquiriendo relevancia
el estudio y la enseñanza.
Siendo campo de labranza
el terreno de la infancia.
Cada maestro era un lujo.
Al alumno, incentivaba.
El esfuerzo lo premiaba:
en un escrito, un dibujo;
ejerciendo gran influjo
en el alma y en la mente
de ese chiquillo inocente
con hambre de aprendizaje.
Utilizaba un lenguaje
sencillo, muy atrayente.
Calculando, investigando,
al contar alguna historia;
mejoraba la memoria.
Virtudes se iban forjando.
Aptitudes, desplegando.
Obstáculo rebasado
era un logro declarado.
Reinaba el compañerismo.
El superarse a sí mismo.
Un tiempo bien empleado.
Nadie te sirve en bandeja
un porvenir venturoso.
Si pretendes ser valioso,
tus cielos grises despeja
sin pronunciar una queja.
Hazlo por ti, tu familia.
Aprende. Eso te auxilia.
Tu libertad no está en venta.
El que formarse no intenta,
de la sociedad se exilia.
La vida es un desafío
y debemos enfrentarlo.
El conocimiento, usarlo,
porque tiene poderío.
Te otorga libre albedrío.
Desata la ligadura
que te envuelve y te censura.
Apóyate en lo sabido.
Haz lo correcto, te pido.
Empápate de cultura.
Autora: María Rosa Ferrarotti
01/11/2023
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Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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