Hola, amigos. Esta semana, en Argentina, festejamos el Día del Niño. Para todos los niños del mundo y para mis nietos, especialmente, escribí este poema. Espero que les guste. Bendiciones para todos.
VERSOS DULCES
DÉCIMAS
¡Qué lluevan garrapiñadas
en carillas amarillas!
¡Qué tapen alcantarillas
de frases desaliñadas!
¡Qué se vuelvan aniñadas!
Inocentes. Revoltosas.
Pegajosas. Generosas,
cual siembra de tulipanes.
Con sabor a mazapanes.
Dulzonas. Empalagosas.
¡Qué los mensajes revivan
amor en los corazones!
¡Qué se muestren retozones
y con la niñez convivan!
¡Qué sus hojas sobrevivan
a los otoños resecos!
¡Qué no queden boquisecos
los versos en oratorias!
¡Qué mágicas narratorias
les rieguen sus suelos secos!
¡Qué los puntos y las comas
se bañen de chocolate!
¡Qué las pausas las enlate
el relato, con aromas!
¡Qué vocablos sean gomas
sabrosas de gelatina!
¡Qué le pongamos pectina
a mermeladas de letras
mayúsculas, petimetras,
de belleza cervantina!
¡Qué la lectura perfume
con esencias sus virtudes!
Amase las inquietudes.
En sus batidos espume
sonrisas. Luego, difume
jarabes en las historias
heladas, contradictorias.
¡Qué decoren con los frutos
de variados atributos
expresiones meritorias!
Con jalea de membrillos
llenaremos lapiceras
escritoras y copleras.
Completarán cuadernillos
compactos como ladrillos
constructores de confianza.
Mezclaremos enseñanza
en poemas almendrados.
Y los libros hojaldrados,
tendrán capas de bonanza.
Autora: María Rosa Ferrarotti
01/08/2021
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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