LOS MIGRANTES
DÉCIMAS
por las lágrimas vertidas
impulsadas por heridas
en las almas masacradas
y las mentes astilladas;
se encaminan sin destino,
al girar cual torbellino
sus recuerdos dolorosos.
En los pechos temblorosos
son perpetuos y dañinos.
Se cruzaron las fronteras
de derechos. Libertades.
Sin respeto ni bondades,
se quemaron las banderas
y rompieron las barreras
de la unión, que paz nos trae.
En maldades, se recae,
como en siglos ya pasados.
Por las armas, destrozados.
Y la gente, muere. Cae.
¡Qué silencien las metrallas!
¡Qué culminen bombardeos!
¡Qué no haya más saqueos
y terminen las batallas
provocadas por canallas!
¡Qué las altas ambiciones
ya no causen destrucciones
en familias de migrantes
con recursos limitantes!
¡Basta ya de ejecuciones!
Entre todos, de algún modo,
ayudemos a que pare
el temor y nos ampare
la justicia, sobre todo.
Caminando codo a codo,
alentemos la esperanza;
con verdad, fe y confianza,
enfrentemos a verdugos
desligándonos de yugos
y la malaventuranza.
Ayudemos al que huye.
Al que echaron de su tierra
y sus penas las encierra.
Al que triste se recluye
y su ayer lo sustituye
inventándose otro mundo
que no sea tremebundo.
Al que no tiene consuelo
pues dejó su amado suelo.
Es tan solo un vagabundo.
Autora: María Rosa Ferrarotti
21/11/2022
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario