POESÍA

 

DE  AURORAS  PERDIDAS

 

Tengo una aurora perdida trasnochando soles nuevos.

Tengo una cuerda de esparto anudando tu regreso.

Tengo mis manos resecas de amontonar viejos leños.

Un sentimiento poblado de refugiados secretos.

Tengo zapatos gastados pero los pies de viajero.

Una tarde hecha pedazos entre tu cuerpo y mi cuerpo.

Tengo estampas amarillas madurando el mes de enero.

Tengo naranjas y aromas del estío en su universo.

Pasionarias florecidas donde amuro nuestros besos.

Tengo la miel de tu sombra arrodillada en mi lecho.

Tengo el color de tus ojos y una flor en mi cabello.

Tengo el rodar de las horas acariciando mi pecho.

Una madrugada a solas en rebelión con mis sueños.

Tengo marcadas las venas por llamaradas de fuego.

Tengo un manojo de llaves para abrir tu amor en vuelo.

Tengo tu clara sonrisa reflejándose en mi espejo.

Tengo un libro que escribiste con tus versos de silencio.

Tu voz la llevo guardada en los oídos del tiempo.

Me apura la sed de verme amaneciendo en tu aliento.

Tengo mis brazos ansiosos por enredarse en tu cuello.

Velas de rosa y vainilla para avivar nuestro encuentro.

Entrañas con mariposas  revoloteando en recuerdos.

 

Un corazón de lavandas que palpita desde lejos.

Un alma donde se asoman tus ramas de duraznero.

Un ruiseñor de esperanza que canta en todo momento.

 

Condimentas mis sentidos como tomillo y romero.

Si no acudes a mi lado estoy en completo riesgo.

¡Corro peligro de muerte si no bebo tu veneno!

  

Autora: María Rosa Ferrarotti

  20/05/2008

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Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.