CAÍDO DEL CIELO
Como caído del cielo, llegó tu beso una tarde;
no lo esperaba ni en sueños, pero fue muy agradable.
Estimado señor mío, ya ninguna duda cabe,
que tú por mí sientes algo; mi corazón, por ti, late.
Cuando te miro de frente, me ahogo en tus lagos mansos;
¡qué me importa si me ahogo, si te tengo entre mis brazos!
Tú naciste con estrella y brillas en lo más alto
de mi amor que te bendice, cuando se posa en tus labios.
Soy devota de tus ojos, que me hipnotizan a diario;
nadando como la luna, sobre mis ríos callados.
Te deseo dentro mío; por mis surcos, caminando;
que des calor a mi cuerpo, con los leños de tus manos.
Tú naciste con estrella, eres dueño de mis actos;
yo me estrellé en tus espejos de agua clara, apasionados.
Aunque tropiece mil veces con el dulzor de tus labios,
no me arrepiento un poquito: su almíbar no causa daños.
He descubierto una cosa: tus besos son mis esclavos;
tu deseo es mi deseo, no podemos evitarlo.
No necesito palabras, cuando me hundo en tus lagos;
me confiesas que me amas, al tenerme entre tus brazos.
Autora: María Rosa Ferrarotti
25/02/2006
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR
De Antología Poética y Cancionero
"Mucho gusto,¿quién soy yo?"
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario