NAVEGANTE DEL AMOR
A imagen y semejanza, de la luna y las estrellas;
brilló en la noche tu cuerpo, navegante de mis huellas.
Siempre soñé que eras mío, y te tuve aquí tan cerca
en ese fragor de estío; que se alegraron mis penas.
Soñé tu boca en mi boca, como el cantar de agua fresca;
soñé tus ojos de cielo, regados sobre mi tierra.
Busqué una causa perdida, la dejé en lista de espera;
luego pasó al primer puesto, vino a golpear a mi puerta.
Me sacudió con sus ansias de libertad, sin tristezas;
me devolvió la esperanza, perdida en tantas ausencias.
Ya no es perdida la causa, hoy conocí flores nuevas;
que perfuman las distancias que me alejaron de ella.
Tú eres causa de mis sueños, tú, mi amor, flor de canela;
tú me has dado tanto, tanto; y aun así, sigo sedienta.
Abrázame hasta el suspiro más profundo que tú puedas,
quiero ser entre tus brazos, como un tallo que se quiebra.
Soñé tenerte y te tengo, eres trigo de mi siembra;
flor de durazno en mi pecho, que se abre en primavera.
Amo fugarme en tu sombra, con mis manos recorrerla;
amo amar todas tus cosas, amo ser tu compañera.
Te amo por sobre todo, por ser vid de buena cepa;
que da un vino generoso, y lo bebo cuando besas.
Ya no importan las palabras, se hace fuerte tu presencia;
estando siempre a mi lado, sin dudas y sin reservas.
¡Qué no se apague el lucero! ¡Qué alumbre la luna llena
todo el amor que te tengo, para que nunca se muera!
Autora: María Rosa Ferrarotti
04/11/2004
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR
De Antología Poética y Cancionero
"Mucho gusto, ¿quién soy yo?"
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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