SIN ORGULLO, SIN PREJUICIOS
En una ilusión de hortensias, un zorzal abre sus alas;
para posarse en los lirios de las costas de mi alma.
Suelto las lunas perdidas, que mis palmas aún resguardan;
las arrojo al claro río de las noches que se escapan.
Arrebolados manzanos, del huerto de mis entrañas;
se van nutriendo en las aguas de los ojazos del alba.
Late un preludio de orquídeas, entre mi pecho y mi espalda;
soy un damasco en tus labios, saboreado en las mañanas.
De tanto guardar tu aliento y entibiarlo en mi garganta;
se hace migaja en mi boca y, en un beso, miel de caña.
Al respirar tus silencios, mi cuerpo se vuelve un arpa;
y, si tus dedos lo rozan, sus sonidos se amalgaman.
Soy un suspiro que explora, tus márgenes y barrancas;
para anidar en tu oído, y entregarte su fragancia.
Se marchan desde mis campos, las palabras, en bandadas;
una muda brisa ardiente, me envuelve con tus miradas.
No te lleves mis anhelos, deja sus jaulas doradas;
no me quites la espesura del verdor de la esperanza.
Tengo tus nubes, tus cielos, tus llanos y tus montañas;
pasadizos misteriosos donde guardar mis nostalgias.
Rosas rojas pasionales, en pétalos desmembradas;
tu perfil y el mío, unidos, en las horas desveladas.
No hay orgullo, no hay prejuicio; "como alguien lo citara";
solo el amor sin memoria, la pasión desenfrenada.
Tenemos lo que queremos, la noche y la luna clara;
trozos de siestas calientes, y amaneceres de calas.
Amarnos es lo importante, lo demás, no vale nada;
¿de qué sirve un arca llena si no hay amor en el alma?
El amor lo ocupa todo, siembra y cosecha sin pausa;
el amor es don divino, se comparte y se proclama.
Amo tu vida y mi vida, enredadas en la cama;
amo la sal de tu cuerpo, cuando la marea es alta.
No me resigno al destierro de atardeceres naranjas;
en ellos, liban los sueños los picaflores del ansia.
El amor no tiene dueño, es un lazo que no amarra;
es de todos y de nadie, no tiene nombre y distancia.
Aprender a cultivarlo, es una labor muy ardua;
el amor crece en nosotros, dentro y fuera de la cama.
Tengo cuadernos de olvido, escritos con tinta amarga;
primaveras de naranjos, con sus flores perfumadas.
Nos tenemos mutuamente, y el amor es nuestra fragua;
alimentemos el fuego, que no se apaguen sus brasas.
Autora: María Rosa Ferrarotti
08/08/2008
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR
De Antología Poética y Cancionero
"Mucho gusto, ¿quién soy yo?"
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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