TE DOY PERMISO
DÉCIMAS
¡Ay, dolor! Te doy permiso
para llorar en el hombro
donde con flores alfombro
las penas que decomiso.
No te mantengas sumiso
y no cedas a problemas.
Si destruyes los emblemas
de destructores perdidos,
permanecerán hundidos
sin importar los dilemas.
Al ayunar de pasiones,
te verás regocijado.
El mueble desvencijado
que sufrió las agresiones
y culminó con lesiones,
es un corazón cansado.
Es cántaro rebasado
por crueldades añejadas.
Enrejadas. Alejadas.
Impresas en el pasado.
Riega con fe los jardines
de lo que no te lastima.
Con decisión desestima
caminar sobre verdines.
Resbalosos. Paladines,
defensores de caídas.
No cometas recaídas.
El sendero que transites
implica que no visites
tus albas alicaídas.
Descarta las sombras rudas
que te raptan y maltratan.
Ellas, motivos contratan
porque son muy testarudas.
Sus maldades son tan crudas.
Merecen ser acalladas.
Porque son descabelladas.
No suelen guardar respeto,
por eso las encarpeto
en las noches estrelladas.
Autora: María Rosa Ferrarotti
05/03/2021
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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