LA NOCHE NOS PERSIGUE
DÉCIMAS
Te recuerdo que soy tuya.
Que la noche nos persigue.
Su cometido consigue.
Hace que te restituya
la pasión, y destituya
los errores del pasado.
Los cielos ha traspasado
el abrazo de distancias.
En presentes circunstancias,
ya no seas malpensado.
Ve sacando tu coraza.
No discutas con la suerte.
Pues ya no quiero perderte.
Hablemos, mientras disfraza
su fachada la terraza,
con un ajuar de jazmines.
Tus impulsos no domines.
Deja sueltos los milagros.
Evita que sean magros.
Mis ansias, no recrimines.
Por favor, no me detengas.
Deja que fluyan perdones.
Mi pasión tiene sus dones.
Que mis besos los sostengas
y sus sabores retengas
al florecer azaleas
en poemas que recreas.
Necesitan una tapa,
solapas y contratapa.
Hasta tanto, no los leas.
No le pongas los finales
a mis versos que derraman
su luz y se desparraman
en zonas meridionales
con soles septentrionales
y calidez desmedida.
La lección fue comprendida
por ambos al separarnos.
Podemos equivocarnos.
Nuestra fe fue sacudida.
Si curamos espejismos.
Si desterramos ayeres.
Si concentramos placeres.
Si limpiamos pesimismos.
Si no provocamos sismos
en auroras prolongadas.
Si no dejamos rasgadas
las nubes de nuestros sueños.
Los males serán pequeños.
Las cuentas serán pagadas.
Autora: María Rosa Ferrarotti
12/06/2021
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, argentina.
Imagen de Internet.
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