MAÑANAS SOLEADAS
DÉCIMAS
De salvia, laurel, romero;
me reciben las mañanas.
Como las parras cuyanas,
orgullo del viñatero,
que produjo con esmero
sus vinos tintos, gloriosos.
De sabores misteriosos.
Afrutados. Especiados.
Que fueron galardonados,
por valores laboriosos.
Me cobijan las lanillas
azules de mar profundo.
Esperanzas les infundo
a mis simples carbonillas,
dibujando manzanillas
de perfumes subyugantes.
Son princesas elegantes
que portan tiaras doradas.
Parecen condecoradas.
Miran al sol, rozagantes.
Debajo del sanguiñuelo,
mi pluma, mi fiel amiga,
anda suelta cual hormiga.
El cielo con su pañuelo
funciona como señuelo
atrapando mis ideas.
Para que luego las leas
en vuelos de mariposas
sobre retoños de rosas
y sus fragancias poseas.
En el huerto, mandarinas,
echan esencias al aire.
Sin producir un desaire
a mis letras danzarinas.
Les dan voces ambarinas.
Preludian encantamientos.
Desanudan sentimientos.
Alimentan tintas verdes
para que solo recuerdes
frutales recibimientos.
Desenfunda sus vitrales
la cara del rey naciente.
Magnífico. Reluciente.
Exhibiendo sus fanales.
A rimas, pongo finales.
Completo verso por verso.
En claridades, disperso
los gorjeos de los mirlos
para con frases, ceñirlos,
al fraternal universo.
Autora: María Rosa Ferrarotti
29/06/2021
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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