MIS VECINOS DEL AYER
DÉCIMAS
A mi barrio lo cambiaron
las ausencias de vecinos
que cumplieron sus destinos.
De la Tierra se marcharon.
Sus estrellas nos dejaron.
El ayer, en su terraza
los reúne, los abraza.
En el alma siguen vivos.
Son archivos emotivos.
Ni la muerte los desplaza.
Los recuerdos amontonan:
caras, nombres, apellidos;
como viejos estallidos
que la paz no desmoronan.
Inmortales. Estacionan
su sillón en la vereda.
Las señoras forman rueda.
Chismorrean y critican.
Opiniones unifican
levantando polvareda.
Los varones se recrean
en el bar del Club Talleres.
El billar,Truco, placeres;
con porotos se canjean.
Ratos libres paladean.
Mi papá, su Presidente.
Muy querido. Competente.
Con algunos empleados
en el fútbol entrenados,
forma grupo permanente.
Cuando llegan los veranos
brlllan soles en las siestas.
Comenzamos con las fiestas.
Con los baldes en las manos
parecemos los hermanos
que se mojan mientras juegan.
Por la calle se despliegan
tanto grandes y pequeños.
Del disfrute, son los dueños.
No se cansan ni doblegan.
Las kermeses son ansiadas.
Sobre vías de los trenes
en los altos terraplenes,
las parrillas colocadas
de chorizos anegadas;
optimizan los olfatos.
Se concentran candidatos
que se llevan los primeros.
Aparecen guitarreros
y se pasan buenos ratos.
Van surgiendo los sorteos.
Las parejas se preparan
y lugares acaparan
sus artísticos deseos.
En los tangos, sus floreos
son variados y constantes.
Hacen pasos fascinantes.
Las cantinas coloridas
donde venden las bebidas,
van vaciando sus estantes.
Profesiones con oficios
entrelazan sus favores.
Todos tienen sus valores.
Obtenemos beneficios
de sus útiles servicios.
Enfermeros y dentistas.
Camioneros y modistas.
Carniceros, peluqueras.
Verduleros, panaderas.
Metalúrgicos, floristas.
Las personas más ancianas
permanecen en su casa.
La mujer barre, repasa;
desde horas muy tempranas.
Son labores cotidianas.
Los maridos riegan plantas.
Rosas rojas sacrosantas,
alhelíes, dalias. Rudas
en el frente, por las dudas.
Del jardín, son gobernantas.
Acompaña las meriendas
al volver de las escuelas,
la ficción de las novelas.
El amor suelta las riendas.
Atesora sus moliendas
en adultos corazones
receptivos y dulzones.
No se pierden un detalle
y residen en el valle
de sus mil motivaciones.
Al variar el vecindario
residente de la cuadra,
lo vivido se descuadra.
Tiene nuevo propietario
el verdor del escenario
que mudó sus alegrías.
A personas accedías
con saludos y sonrisas.
Hoy se vive de las prisas.
Somos piel de lejanías.
Autora: María Rosa Ferrarotti
25/04/2022
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
Dedicado a las familias de mi barrio, que ya no están con nosotros:
Martínez, Domínguez, Otero, Balbi, Barbieri, Lamicq, Storani, Ríos, Miglione, Salmerón, mis tíos Flacavento, Delorenzi, Stampella, Iglesias, Massone, Castro, Salvatore, Garibotto, Draghi, Fernández, y mi papá Eraldo Juan Ferrarotti.
Aquí se realizaban las fiestas y kermeses del Club Talleres, para recaudar fondos para la Institución y el Equipo de Fútbol. El primer televisor blanco y negro que hubo en el barrio, lo compró mi papá (que era su Presidente), y venían los vecinos a disfrutarlo. Los chicos, en el verano jugábamos sobre las vías deshabilitadas y en medio de las mariposas. Hermosa infancia. Inolvidable.
Actualmente, la PLAZOLETA ESTACIÓN BASÍLICA, está destinada a la recreación de niños y adultos. Hay juegos, chorros de agua para refrescarse en verano, una fuente, variedad de especies arbóreas, y es un lugar ideal para salir a caminar un total de 1 km por vuelta completa a su alrededor. Los metros están marcados en el piso.
Vivo a media cuadra de ella.
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