MELODÍAS ANDARIEGAS
DÉCIMAS
Si me besas, desfallezco.
Si me miras, me desarmo.
En tus brazos, me rearmo.
Sin amor, desaparezco.
Con tu luz, rejuvenezco.
Solidaria con sonrisas
que me llegan como brisas,
me convierto con premura
en tu nueva partitura
con figuras muy sumisas.
Soy violeta de tus prados
que concede su fragancia
a tu ser, que le financia
sus servicios destacados.
Los sentidos afinados
aprovechan las entregas.
Cuidadosos estrategas
que gozosos las disfrutan.
Sus violines ejecutan
melodías andariegas.
Si me buscas, te recibo
con mis alas de paloma.
Tu paciencia se desploma.
A tus águilas derribo
con susurros que suscribo
en tus ávidos oídos,
por mis labios, atraídos.
Te sumerges en mi cuello
y me tomas del cabello.
Parecemos poseídos.
Te receto los albores
de mi mar de nomeolvides.
Que tus ansias las anides
en mi cuerpo, por sectores.
Acelera los motores
de pasiones existentes.
En encuentros inminentes
subiremos a las nubes
donde éxtasis incubes
con arranques atinentes.
Los oasis de desiertos
que mis rimas te regalan,
en tu mente las instalan
con sus versos recubiertos
por pimpollos bien abiertos
de rocíos matinales
donde cantan madrigales
las alondras del destino.
Su trovar claro, genuino;
brinda tiernos recitales.
Somos aire, somos fuego.
Somos agua, tierra firme.
Y no creo confundirme
si te pido, si te ruego
que sigamos con el juego
que veníamos jugando.
Tú me vas acostumbrando
a ser sol de las mañanas.
El sabor de las manzanas,
que voraz, vas degustando.
Autora: María Rosa Ferrarotti
06/06/2022
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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