ENSOÑACIÓN
DÉCIMAS
Nos amamos sin tenernos.
Nos besamos sin tocarnos.
Y soñamos abrazarnos
al dormirnos. Poseernos.
De las noches, no caernos.
Caminar sobre sus tejas.
Sujetarnos a las rejas
del placer que recibimos.
Ser amantes que vencimos
situaciones muy complejas.
Tropezar con las estrellas
en la paz del infinito.
En su sur, dejar escrito
un rimar de nuestras huellas,
mientras juegan las doncellas
de los vírgenes abriles
elevando sus candiles
inocentes, relucientes;
en perfiles de ponientes
con sus pieles de marfiles.
Encontrar causas perdidas
y sentarlas en sillones
colocados en balcones
de las horas esculpidas.
Reflotarlas sin heridas
en magnolias somnolientas.
Que no sean Cenicientas
despreciadas, maltratadas.
Ni se sientan acechadas
por razones harapientas.
En la fe que nos inspira,
aferrarnos a la dicha.
Apostar alguna ficha
al amor que se respira,
a la rosa que conspira
despinando los albores
designándonos autores
de cargados sentimientos,
concretando poblamientos
de románticos fulgores.
Regalarnos utopías
en las puertas de la gloria.
Resguardar en la memoria
armoniosas compañías.
Ir cumpliendo profecías
en oscuros cielos mudos,
desatando fuertes nudos
de pasiones inquietantes.
Ocupar puestos vacantes
en satélites desnudos.
Coronar con lunas plenas
los abrazos de Morfeo,
mientras sigues tu paseo
por mis blancas azucenas.
Frenesí desencadenas.
El sentir se sobresalta.
El deleite nos asalta.
Encumbramos esperanzas.
Desterramos añoranzas.
El soñar nos hace falta.
Autora: María Rosa Ferrarotti
05/09/2022
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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