GEMIDOS
DÉCIMAS
Desgarradores gemidos
se desprenden de mi ser,
pues ya no puedo tener
tus mensajes coloridos,
en poemas remitidos
sobre auroras de mi entorno.
Mis musas vuelan en torno
de páginas maltratadas,
mal escritas y tachadas
que ya no tienen retorno.
En las ramas de los pinos
cuelgo voces que te llaman,
que tu regreso reclaman.
Sobre viejos pergaminos,
pensamientos repentinos
sus soledades esbozan.
Allí, las penas sollozan
con la tinta de mi pluma.
Se levanta densa bruma
si añoranzas desembozan.
Parlamentos olvidados
como ombúes en los llanos,
van nutriendo de desganos
mis fragmentos limitados.
Los anhelos, ignorados,
envejecen y se frustran.
Las ideas no se lustran
con pomadas de esperanzas.
Aflicciones, sin tardanzas,
a mis ánimos deslustran.
La congoja se retuerce
entre rotas ilusiones
que sufrieron erosiones.
Por más que quiera y me esfuerce,
el pasado es quién ejerce
su dominio temporario.
El dolor es victimario.
Se propaga como peste
hasta que el alma se infeste
y transite su calvario.
Anochece sin luceros.
El infinito los traga.
El silencio es una daga.
Los ojos, desaguaderos.
No puedo ver los senderos
junto a ríos transparentes
de sentimientos potentes
que el futuro me depara.
El amor tapa su cara.
Del sentir, corta sus puentes.
Autora: María Rosa Ferrarotti
08/02/2023
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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