¿QUIÉN?
DÉCIMAS
Y, ¿quién le ha sacado un cuarto?
¿Quién se ganó en el reparto
su reflejo en la laguna?
¿Quién abrigó la fortuna
de ser su dueño una noche?
¿Quién recibió de ella un broche
con luciérnagas selectas,
de su fulgor, arquitectas;
en la sesión de trasnoche?
¿Quién se acurrucó despacio
en su perfil de azucena?
¿Quién caminó por la arena
de su cuerpo de topacio?
¿Quién le escribió algún prefacio
a su coqueta figura?
¿Quién comenzó una aventura
acercándose a su estampa
subiendo estrellada rampa
para observar su escultura?
¿Quién le regaló un aljibe
para que lave su cara?
¿Quién le donó una cuchara
de plata que siempre exhibe?
¿Quién tramó que se derribe
sobre el cerro y la quebrada?
¿Quién la ve de madrugada
deshilachando tristeza,
agachando su cabeza
cuando el sol hace su entrada?
¿Quién soñó con abrazarla,
cobijarla en su regazo?
¿Quién anheló un retazo
de su luz, y conservarla?
¿Quién no quiso retratarla
en el techo de su alcoba?
¿Quién no se sintió una loba
amando bajo su encanto
de mil flores de agapanto,
y deseos de caoba?
¿Quién descifró su misterio
de nostalgia y lejanía?
¿Quién oyó como latía
dentro del cielo y su imperio?
¿Quién le creó el ministerio
de la ilusión y el romance?
¿Quién impidió que la alcance
y la toque con mi mano
como rama de avellano,
sin darme ninguna chance?
¿Quién la abandonó a su suerte
vagando en el universo?
¿Quién jamás le escribió un verso,
viéndola pálida, inerte?
¿Quién armó su contrafuerte
de modo imperecedero?
¿Quién juntó su alma al lucero
para amarse mutuamente
en un cielo floreciente
perfumado de romero?
¿Quién la hizo eterna, visible;
desde la faz de la Tierra?
¿Quién, su candor desentierra,
porque es imprescindible?
¿Quién pensó no ser posible
creer en su poderío?
¿Quién no le vio por el río
saciando su sed infinita
para ahogar alguna cuita
en el fragor del estío?
¿Quién soy yo para pedirle
que sea mi paz y amiga?
¿Quién soy yo la que consiga
no tener que despedirle?
¿Quién soy yo para impedirle
rodar por el negro abismo?
¿Quién soy yo y mi dramatismo
la que su estancia decida
al sentirle tan querida,
evitando su ausentismo?
Cuando volvamos a vernos,
será un momento dichoso.
En su brillar, mi reposo
tenderá lazos fraternos.
Con lápices y cuadernos,
le dedicaré poemas
pulidos como las gemas.
Mis frases alzarán vuelos
más allá de mis desvelos
y brotarán como yemas.
Autora: María Rosa Ferrarotti
18/01/2025
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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