AFRENTAS
DÉCIMAS
Tengo una estaca clavada
en el medio de mi pecho,
por el daño que me has hecho
al irte esta madrugada.
En la pena estoy varada.
Ya no me puedo mover
al no tener tu querer.
Hasta mi piel te llevaste
y con nada me dejaste.
No lo puedo comprender.
Solo dudas y desvelos,
me acosan con prepotencia.
Esa fue la magna herencia
engendrada por tus celos.
Usados cual rompehielos,
partieron en mil pedazos
tantos y tantos abrazos,
testigos de sentimientos.
Crearon enfrentamientos
y el amargor de rechazos.
Ya no quieras regresar,
después de lo sucedido.
A mi corazón herido,
no hay forma de retornar.
Eso te debo avisar,
para cuando te arrepientas
y busques saldar las cuentas
ansiando arreglar lo roto.
Pues no soy un ser devoto
de tus continuas afrentas.
Otro camino te espera.
No se dirige a mi casa.
El que es vil y se propasa,
no cruza más su tranquera.
Pierde quien se desespera
y nunca recapacita.
No volverás de visita
a atormentarme la vida.
Esta es mi despedida.
Tu presencia está proscrita.
Autora: María Rosa Ferrarotti
18/03/2025
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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