FAROLERO
DÉCIMAS
Tú eres mi farolero.
El que enciende las estrellas,
esas brillantes doncellas
que iluminan mi sendero.
Mi corazón, prisionero
de los destellos astrales,
florece tras los cristales
de las nuevas ilusiones.
Del jardín de las pasiones
abren flores mis rosales.
Juegan blancas campanillas
con la brisa que las mece
y en la noche me estremece
el aroma a manzanillas.
Mientras, siembras las semillas
de tu amor de luz eterna
en la cálida caverna
de mi alma enamorada.
La has dejado encandilada.
Tu resplandor la gobierna.
Nuestro amor es luminoso.
Lo mantienes encendido
en tu cuerpo donde anido
como un pájaro dichoso.
Tu fulgor es poderoso
como volcán siempre activo.
Encuentras algún motivo
para lograr seducirme
y no puedo reprimirme.
Tu accionar es persuasivo.
Nunca dejes de alumbrarme
con luceros desvelados.
Obtendrás los resultados
que soñaste, al amarme.
No te canses de besarme
pues soy tu roja amapola
que abre su presta corola
de sus labios en tu boca.
La mía, no se equivoca;
con tus besos se acrisola.
Bajo antorchas de silencio
abracémonos muy fuerte.
Yo no voy a detenerte,
en tus brazos me aquerencio.
Con tu ser, yo conferencio.
Me desarma tu costumbre
de perpetuar esa lumbre
que enreda los sentimientos
sin hacer cuestionamientos.
Eso, me da certidumbre.
Autora: María Rosa Ferrarotti
30/03/2025
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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