DÉCIMAS DE ROSAS DE AMOR
El amor es la esperanza
blanca como una azucena.
A veces, nos trae pena.
Otras tantas, añoranza.
Pero tenerlo, no alcanza;
su sustento es necesario.
Hay que darle riego diario
con la pasión encendida
a lo largo de la vida,
en todo su calendario.
El amor busca razones
para encauzar su destino.
Busca ayuda en lo divino,
se adentra en los corazones.
Puede sufrir tentaciones
que lo lleven al infierno
y lo alejen de lo eterno,
de su verdadera meta;
por errores que cometa
en su fuero más interno.
El amor no se limita,
abraza todos los sueños.
Hace feliz a sus dueños
cuando sus almas agita.
Se muere cuando no grita
con vigor, con energía;
es sol que ilumina el día
de los cielos despejados,
es crisol de enamorados,
es fuente de fantasía.
El amor lo ocupa todo.
Debe mostrar sus valores.
Naufraga en los sinsabores
cuando no halla algún modo
de caminar codo a codo
al lado de la experiencia.
Viste con otra apariencia
para ocultar sus pesares
en el fondo de sus mares,
sin mediar la inteligencia.
Autora: María Rosa Ferrarotti
26/09/2020
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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