ROMANCE DEL CARDÓN
En al ladera del cerro
un cardón enamorado
abre sus flores al cielo
con amor ilimitado.
Dios le brinda por un día
un florecido milagro.
Entrecruzan los saludos
sus espinas con el llano.
Es un cactus esculpido
por silencioso artesano.
Es testigo del presente
y del ayer heredado.
Un gaucho sin su guitarra.
Es un líder unitario.
Coplero del noroeste.
Por ventiscas, mutilado.
Lava su cara rugosa
con las semillas de cardo
que forman un remolino
en su cuerpo cuellilargo.
Con rosas de madrugada
teje su propio rosario,
que repele las dolencias
en su torso maltratado.
No teme los abatares,
es un valiente soldado.
Guardián del cielo nocturno
por un ángel diseñado.
Altivo, mastica siestas,
en caluroso verano.
Lo visitan pocas lluvias.
Sequías, son su calvario.
Aunque quieran derribarlo
los aluviones de barro,
no deja que lo dobleguen;
al suelo está bien clavado.
Su sombra de duende verde
es de pequeño tamaño.
Los cóndores lo vigilan.
Nunca le dan un abrazo.
Tienen miedo que los hiera,
él los mira de soslayo.
Al besar los salitrales
el sol con su tallo largo,
también le besa la frente
al cardón enamorado.
Irán cerrando sus flores
como luz en el ocaso.
En la noche, las nostalgias,
cantarán cual viejo gallo.
Cuando mañana se vea
sin sus flores de lapacho,
en pedregales sedientos
secará su triste llanto.
Autora: María Rosa Ferrarotti
21/11/2021
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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