TIEMPOS IMPERFECTOS
DÉCIMAS
Eran tiempos juveniles.
El sentir nos abordaba
y muy lejos nos llevaba
a cumplir nuevos abriles.
Se cruzaban los carriles
de los trenes del destino.
Alegraban con su trino
las palabras picaronas.
Seductoras. Juguetonas.
En gracioso torbellino.
Ya bailábamos al ritmo
de las noches estrelladas
con las almas apretadas.
Nuestro cíclico biorritmo
resolvía el algoritmo
de cuestiones definidas.
Recorrían avenidas
los abrazos y los besos,
y quedaban sobreimpresos
en las horas compartidas.
Las rosetas de la plaza
se trepaban a glorietas.
Daban muchas volteretas
cual tallos de calabaza.
Se colmaba la terraza
de rocíos matinales
bajo pórticos astrales
de deseos uniformes
con los cálices enormes
de luceros otoñales.
Nos aullaban emociones
permanentes, en el pecho
que servía como lecho
al vergel de tentaciones.
Maquillaban sus facciones
las hortensias vespertinas.
Arrancábamos espinas
del rosal del horizonte
al cruzar tupido monte
de pasiones nectarinas.
En momentos imperfectos
desatábamos sonrisas
tan sutiles como brisas
de perfumes predilectos.
Vislumbrábamos aspectos
de jangadas de caricias.
Eran únicas. Propicias.
No cargaban extravíos
en los cálidos estíos.
Trasladaban sus codicias.
En los mimbres de canastas
que trenzaban lunas llenas,
enredábamos las penas.
Tramitábamos subastas.
Sus fortunas tan nefastas
destilaban las tristezas.
Y crecían las certezas
de rociar los pensamientos
con barrocos sentimientos,
al pulir delicadezas.
Autora: María Rosa Ferrarotti
08/10/2022
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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