SIN PUDORES
DÉCIMAS
Se encendieron las alarmas
de mis ruegos sin pudores.
Son los lobos cazadores
que utilizan bien sus armas.
Si te atacan, te desarmas
rindiéndote a sus pedidos.
En tu piel dejan prendidos
sus demandas convincentes.
Tus respuestas competentes
aceleran mis latidos.
Nos tatuamos sus paisajes,
cuando los cuerpos se funden
en uno solo y difunden
calidez en sus parajes.
No le cobramos peajes
a los besos de frambuesas,
ni a las caricias siamesas.
Nos nutren con sus andanzas
adquiriendo más confianzas
en reiteradas remesas.
Sin pudores nos amamos
como el sol a los rosales.
Somos de espejos, cristales,
y en ellos nos reflejamos.
Con lavandas perfumamos
los lechos de atardeceres.
Allí nacen los placeres
que impregnan los corazones
y esfuman vacilaciones
al cuajarse anocheceres.
Las magnolias estelares
abren sus níveos capullos.
Reconfortan los arrullos
del río con sus cantares.
En la paz de los altares
que en la noche se levantan,
las luciérnagas espantan
los temosres ya domados.
Somos dos enamorados
que su pasión no quebrantan.
Autora: María Rosa Ferrarotti
03/11/2024
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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