DESTINO
Me enseñaron muchas
cosas, que desde niña no olvido:
y, entre algunas de
esas cosas, ser dueña de mi destino.
Dios me puso entre
las manos un papel para escribirlo;
el don de poder
hacerlo y un corazón para abrirlo.
Por eso, ahora les
pido que fijen un objetivo,
que se aferren a él
con fuerza y traten de conseguirlo.
¡Qué recorran palmo
a palmo, con esfuerzo sostenido,
los senderos que
eligieron y les encuentren sentido!
¡Qué mis mensajes
sean frutos carnosos y coloridos,
y sepan a higos
maduros, por todos apetecidos!
¡Qué mis palabras de
aliento, lleguen hasta los oídos
de los que no creen en nada; y no se den por
vencidos!
Quiero poblar de
lavandas los corazones vacíos,
quizás en mi verso abierto,
encuentren lo que han perdido.
Hay que buscar muy
adentro lo sembrado y recogido;
hay que abrir
caminos nuevos, hay que ayudar al destino.
Ser feliz depende de
uno, no depende del vecino.
Somos monedas de
oro, valoremos nuestro brillo.
Crezcamos con el
afecto de nuestros seres queridos.
Corrijamos los
defectos, sabiendo que hemos cumplido
con la propuesta Divina, porque para eso
nacimos.
Sentados en la
vereda del coraje y optimismo,
miremos hacia el
futuro, por el bien de nuestros hijos.
El parral de la
experiencia está lleno de racimos,
con el jugo de sus uvas preparemos un buen vino.
A mis padres, yo les
debo, mucho de lo que he aprendido;
y, entre algunas de
esas cosas, ser dueña de mi destino.
Autora: María Rosa Ferrarotti
13/04/2005
DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR
De Antología Poética y Cancionero
“Mucho gusto, ¿quién soy yo?”
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
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