LOS ESPACIOS DEL AMOR
DÉCIMAS
Hay que darle sus espacios
al amor que recibimos,
al que damos, al que dimos.
No debemos ser reacios
a sus brillos de topacios.
Despleguemos en castillos
de las almas, sus zarcillos.
Que derramen sus primores
como soles sobre flores
de racimos de junquillos.
Los altillos de luceros
están cerca de romances
y lejanos de percances.
Tienen alas de jilgueros.
Sobrevuelan los eneros
dispersando sus trinares
en los tibios aclarares.
Armonizan el paisaje.
Forman parte del follaje
de los cielos y los mares.
El amor hace reservas
en terrenos caprichosos,
pantanosos y dudosos.
De sus males, te preservas.
Sus virtudes, las conservas.
Luego, cruzas el camino
y conduces su destino
hacia campos más propicios.
Desechas sus desperdicios.
Es más puro, cristalino.
Escondites en zaguanes,
las penumbras de balcones;
forman parte de rincones
donde siembran los donjuanes
sus solícitos afanes.
Tras un árbol ahuecado
varios sueños han bordado
iniciales duraderas.
Delimitan las fronteras
del futuro confirmado.
Autora: María Rosa Ferrarotti
16/01/2022
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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