ATROPELLO
DÉCIMAS
Permanece silencioso
y rodea mi cintura
cometiendo la locura
de un abrazo minucioso.
De un besar dulce, impetuoso,
propagándose en mi cuello
perpetrando un atropello
a mis rosas de emociones
al venir sin dilaciones
como mágico destello.
Pulsaciones acelera
al rozar mi corazón
la dulzura del terrón
del azúcar de la espera.
Al desearte, desespera
la magnolia de mi pecho.
Abre pétalos al lecho
de las magnas inquietudes.
Firma sus solicitudes
de caricias al acecho.
Por doquiera que me mueva
me sostienen los herrajes
de tus brazos, cual anclajes
de tu amor de luna nueva.
En mi cuerpo se renueva
la ansiedad de poseerte.
Y caprichos, concederte.
Pues demandas los placeres
empleando los poderes
que me impiden detenerte.
Me perfumas de lavandas
al atarme a tus sentidos.
Mis suspiros esparcidos
cubren todas las demandas
cuando trechos tú desandas
con tu boca laboriosa
en mi estampa codiciosa.
Tus licores me derramas
en nocturnos panoramas,
de manera dispendiosa.
Cuando escrutas mis miradas,
son tus ojos insondables.
Misteriosos. Incansables.
En las curvas más cerradas
de mis rutas liberadas
aterrizan tus lealtades
alejando soledades
de mi piel de jazminero.
Eres mío. Prisionero.
Mis deseos nunca evades.
Autora: María Rosa Ferrarotti
22/12/2022
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR.
Luján, Pcia. de Buenos Aires, Argentina.
Imagen de Internet.
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